Es un proceso para que el niño o la niña se vaya adaptando progresivamente a un entorno nuevo.
No es obligatorio pero creemos que es importante y, en ciertos casos, conveniente hacerlo.
El proceso de adaptación variará en función del carácter del niño o la niña y de la situación familiar. Por eso, podemos afirmar que el proceso de adaptación es completamente INDIVIDUAL.
Por lo tanto, el niño o la niña y familia definen el ritmo de la adaptación.
Los primeros días el niño o niña contará con la presencia de sus progenitores en el aula e introduciremos cambios progresivamente. Hasta que el niño o niña esté feliz y tranquilo.